El presidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, inició hoy una reunión de emergencia con parlamentarios, líderes políticos, religiosos y civiles, para analizar la situación de inseguridad imperante en el país.
El domingo por la noche, seis malhechores armados con fusiles de asalto asesinaron a 13 personas, entre ellas tres policías, y desataron el terror en la ciudad minera de Bartica, al sur de la capital.
Hace menos de un mes, el 26 de enero, una banda similar atacó cinco viviendas en la aldea de Lusignan, en la costa este de Demerara, y mataron a seis adultos y cinco niños mientras dormían.
Una declaración de la oficina presidencial precisa que al encuentro de este martes asisten como invitados representantes del sector privado, del Movimiento Laborista, de las organizaciones religiosas y partidos políticos.
El gobernante Partido Progresista Popular deploró los crímenes y señaló que la intención es generar terror y miedo en la sociedad.
"La nación debe dar su pleno apoyo a las fuerzas de seguridad en los esfuerzos por capturar y llevar ante la justicia a los autores de esos actos", destacó en un mensaje.
También el líder del principal partido opositor, Reforma del Congreso Nacional, Robert Corbin, instó a lograr un consenso nacional sobre la problemática y la movilización de todas las comunidades para cooperar con la Policía.
Un reporte de la Agencia de Información del Gobierno destaca que la Policía y el Ejército pusieron en alerta sus fuerzas aire, mar y tierra como parte de una operación conjunta de captura.
El entierro de las víctimas de Bartica tendrá lugar el fin de semana.
Los malhechores llegaron a la comunidad mediante una lancha rápida e inmediatamente invadieron la Estación de Policía de Bartica, desde donde se llevaron armas de fuego y municiones, y liberaron a varios detenidos.
Al menos 165 proyectiles se han recuperado en la escena del crimen, señala un comunicado oficial.
El primer ministro, Samuel Hinds, informó que la situación obligó a la Asamblea Nacional a posponer los debates sobre el Presupuesto.
El gobierno guyanés recibió una comunicación del Ministerio de Seguridad Nacional de Trinidad y Tobago, en la que ofrece condolencias y su disposición para asistir a las fuerzas locales si así lo consideran necesario.
La espiral de violencia que se aceleró en Guyana desde hace siete años, incluye el crimen en abril de 2006 del ministro de Agricultura Satyadeow Sawh y más de cuatro asesinatos en masa.
“Lo que estamos viendo es un patrón en el que pandilleros fuertemente armados tratan de crear el caos para arruinar al estado”, opinó David Granger, ex comandante de las Fuerzas de Defensa y actual editor del periódico Guyana Review.
El domingo por la noche, seis malhechores armados con fusiles de asalto asesinaron a 13 personas, entre ellas tres policías, y desataron el terror en la ciudad minera de Bartica, al sur de la capital.
Hace menos de un mes, el 26 de enero, una banda similar atacó cinco viviendas en la aldea de Lusignan, en la costa este de Demerara, y mataron a seis adultos y cinco niños mientras dormían.
Una declaración de la oficina presidencial precisa que al encuentro de este martes asisten como invitados representantes del sector privado, del Movimiento Laborista, de las organizaciones religiosas y partidos políticos.
El gobernante Partido Progresista Popular deploró los crímenes y señaló que la intención es generar terror y miedo en la sociedad.
"La nación debe dar su pleno apoyo a las fuerzas de seguridad en los esfuerzos por capturar y llevar ante la justicia a los autores de esos actos", destacó en un mensaje.
También el líder del principal partido opositor, Reforma del Congreso Nacional, Robert Corbin, instó a lograr un consenso nacional sobre la problemática y la movilización de todas las comunidades para cooperar con la Policía.
Un reporte de la Agencia de Información del Gobierno destaca que la Policía y el Ejército pusieron en alerta sus fuerzas aire, mar y tierra como parte de una operación conjunta de captura.
El entierro de las víctimas de Bartica tendrá lugar el fin de semana.
Los malhechores llegaron a la comunidad mediante una lancha rápida e inmediatamente invadieron la Estación de Policía de Bartica, desde donde se llevaron armas de fuego y municiones, y liberaron a varios detenidos.
Al menos 165 proyectiles se han recuperado en la escena del crimen, señala un comunicado oficial.
El primer ministro, Samuel Hinds, informó que la situación obligó a la Asamblea Nacional a posponer los debates sobre el Presupuesto.
El gobierno guyanés recibió una comunicación del Ministerio de Seguridad Nacional de Trinidad y Tobago, en la que ofrece condolencias y su disposición para asistir a las fuerzas locales si así lo consideran necesario.
La espiral de violencia que se aceleró en Guyana desde hace siete años, incluye el crimen en abril de 2006 del ministro de Agricultura Satyadeow Sawh y más de cuatro asesinatos en masa.
“Lo que estamos viendo es un patrón en el que pandilleros fuertemente armados tratan de crear el caos para arruinar al estado”, opinó David Granger, ex comandante de las Fuerzas de Defensa y actual editor del periódico Guyana Review.
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