El salario mínimo brasileño sube hoy a 415 reales, lo que equivale a 245,41 dólares al cambio de 1,691 fijado al cierre de esta semana en la Bolsa de Sao Paulo (BOVESPA).
El nuevo monto es 35 reales (20,69 dólares) más alto que el precedente, lo que representa un reajuste del 9,2 por ciento.
En virtud de ese aumento la jornada laboral diaria se pagará a partir de este sábado a no menos de 13,83 reales (8,17 dólares) y la hora a 1,89 reales (1,12 dólares), indicó la Agencia Brasil.
Según el gobierno brasileño, el nuevo valor supera la suma de la variación del Producto Interno Bruto (PIB) de 2006, que tuvo un crecimiento de 3,75 por ciento, con la inflación.
El nuevo sueldo mínimo fue escogido por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva por ser la mayor entre tres propuestas, descartando las otras dos fijadas por expertos que eran 407,33 reales y 412 reales, respectivamente.
Su decisión se ajustó a un proyecto acordado previamente con las centrales sindicales que prevé para dicho salario recibir una corrección de la inflación del Indice Nacional de Precios del Consumidor (INPC) acumulada desde el último aumento.
Ese cálculo juega además con el porcentaje del crecimiento real del PIB de dos años antes, y el reajuste se adelanta cada año en un mes hasta 2010 cuando el aumento debe ocurrir el 1 de enero.
Aunque entró en vigor este sábado, los efectos y beneficios de la medida se verán a partir del 1 de abril, especialmente entre los más de 13 millones de jubilados y pensionados que en total recibirán 455 millones de reales más (269 millones de dólares).
El nuevo salario mínimo beneficiará directamente a 45 millones de trabajadores e inyecta adicionalmente a partir de ahora cada mes a la economía mil 700 millones de reales (más de mil millones de dólares) pues se incrementa el poder de compra de las familias.
Sin embargo, el Departamento Intersindical de Estadísticas y Estudios Socioeconómicos (DIESSE) opinó que lo devengado será aún insuficiente para cubrir los costos de vida de una familia, como está previsto en la Constitución.
Allí se define al salario mínimo como aquel que le permita a la persona atender sus necesidades vitales básicas y las de su familia, como alojamiento, alimentación, educación, recreación, vestuario, higiene, transporte y prevención social.
El nuevo monto es 35 reales (20,69 dólares) más alto que el precedente, lo que representa un reajuste del 9,2 por ciento.
En virtud de ese aumento la jornada laboral diaria se pagará a partir de este sábado a no menos de 13,83 reales (8,17 dólares) y la hora a 1,89 reales (1,12 dólares), indicó la Agencia Brasil.
Según el gobierno brasileño, el nuevo valor supera la suma de la variación del Producto Interno Bruto (PIB) de 2006, que tuvo un crecimiento de 3,75 por ciento, con la inflación.
El nuevo sueldo mínimo fue escogido por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva por ser la mayor entre tres propuestas, descartando las otras dos fijadas por expertos que eran 407,33 reales y 412 reales, respectivamente.
Su decisión se ajustó a un proyecto acordado previamente con las centrales sindicales que prevé para dicho salario recibir una corrección de la inflación del Indice Nacional de Precios del Consumidor (INPC) acumulada desde el último aumento.
Ese cálculo juega además con el porcentaje del crecimiento real del PIB de dos años antes, y el reajuste se adelanta cada año en un mes hasta 2010 cuando el aumento debe ocurrir el 1 de enero.
Aunque entró en vigor este sábado, los efectos y beneficios de la medida se verán a partir del 1 de abril, especialmente entre los más de 13 millones de jubilados y pensionados que en total recibirán 455 millones de reales más (269 millones de dólares).
El nuevo salario mínimo beneficiará directamente a 45 millones de trabajadores e inyecta adicionalmente a partir de ahora cada mes a la economía mil 700 millones de reales (más de mil millones de dólares) pues se incrementa el poder de compra de las familias.
Sin embargo, el Departamento Intersindical de Estadísticas y Estudios Socioeconómicos (DIESSE) opinó que lo devengado será aún insuficiente para cubrir los costos de vida de una familia, como está previsto en la Constitución.
Allí se define al salario mínimo como aquel que le permita a la persona atender sus necesidades vitales básicas y las de su familia, como alojamiento, alimentación, educación, recreación, vestuario, higiene, transporte y prevención social.
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